En 2020 sólo se realizaron 4.784 escrituras de compraventa. La actividad mostró uno de los niveles más bajos de las últimas décadas. La cuarentena y la inestabilidad cambiaria profundizaron la tendencia negativa que se registró en 2019.
La compraventa de inmuebles en la ciudad tuvo en 2020 uno de los peores años de las últimas décadas y registró una caída del 30% con respecto a 2019, que también había sufrido una estrepitosa baja de la actividad en relación al año anterior.
“La verdad que fue un año para el olvido”, manifestó el presidente de la delegación Mar del Plata del Colegio de Escribanos de la Provincia, Juan Manuel Area.
Según las cifras oficiales a las que pudo acceder LA CAPITAL, en 2020 en General Pueyrredon se registraron 4.784 escrituras de compraventa, valor que se ubica un 30% por debajo de las 6.906 de 2019 y las cuales representan casi un tercio de las 11.472 de 2018, año que tuvo un nivel similar al “promedio histórico” de la ciudad.
“Los valores históricos se mantuvieron hasta el 2018. En 2019 se notó una baja importante y en 2020 esto se profundizó”, dijo Area, y señaló que “más allá de que hubo meses sin actividad producto de la pandemia y la cuarentena estricta”, los meses siguientes, ya una vez abierta la actividad, “no se llegó a recuperar la cantidad de escrituras que se venían manejando con anterioridad”.
A raíz del Aislamiento Social, Preventivo y Obligatorio (ASPO) dispuesto por el Gobierno nacional para evitar la propagación del coronavirus, abril fue el mes más catastrófico: con las escribanías cerradas, no se registró ninguna escritura de compraventa.
El año había comenzado con 265 escrituras en enero, 317 en febrero y 327 en marzo, mes en el que se decretó el ASPO. Con la vuelta de la actividad, hubo 67 escrituras en mayo, 88 en junio, 590 en julio, 398 en agosto, 501 en septiembre, 608 en octubre y 656 en noviembre, mientras que diciembre tuvo un interesante repunte en el que alcanzó 1.057.
“Mar del Plata, en términos generales, tenía un promedio de 12 mil escrituras al año, en 2019 se hicieron 6.906 y el año pasado 4.784, con lo cual la actividad cayó estrepitosamente”, remarcó el presidente de la delegación local del Colegio de Escribanos de la Provincia.
En este marco, consideró “vital” para el sector un “sinceramiento de mercado del tipo de cambio y que no existan distintos valores de un dólar oficial, un dólar con impuesto, un dólar bolsa y un dólar blue”. “Lo principal sería que se pudiera unificar en un tipo de cambio único y que este sea previsible”, indicó.
Con este diagnóstico coincidió el presidente del Colegio de Martilleros, Miguel Angel Donsini, quien señaló que el 2020 “fue un año muy flojo, duro, muy difícil para la compraventa” y destacó que esto se dio “fundamentalmente por el movimiento del dólar, que ha tenido una inestabilidad que hace que la gente no tome decisiones ni de compra ni de venta, sino que está esperando”.
En la misma línea, Area agregó que “en general, cuando hay movimientos de tipo de cambio, cualquier persona que estaba en busca de una casa o una propiedad se frena y espera que pase el tiempo a ver si se estabiliza el tipo de cambio para después realizar la operación”.
Donsini consideró que “sería espectacular” y que “solucionaría todo” para el sector que el Gobierno logre alcanzar una estabilidad cambiaria. “Si logran eso se reactiva el mercado”, dijo.
No obstante, Area también subrayó que “el mayor motor que tiene el mercado inmobiliario es el crédito” y sostuvo que “para que haya crédito tiene que haber estabilidad de tasas”.
“Hoy, con la disparada del dólar, los valores de los sueldos han quedado totalmente relegados frente a los precios de las propiedades y consecuentemente los porcentajes de financiación son muy bajos. Se tiene que equilibrar toda la economía para que vuelva el crédito y generar ahí movimientos de operaciones inmobiliarias”, analizó.
Sin embargo, adelantó que en 2021 “seguramente se dé un repunte desde el punto de vista estadístico porque hubo muchas operaciones que no se pudieron concretar”.
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“En cuanto a números yo creo que va a haber un repunte, pero nunca va a llegar a los niveles que veníamos manteniendo en el 2017 o 2018”, adelantó.
Por otra parte, Donsini reflexionó que “para el que tiene plata es un momento oportuno para comprar”, ya que las propiedades bajaron “un 20% aproximadamente en dólares”. “Fíjense que en las calles van a encontrar los carteles sobre las propiedades que dicen retasado, eso es porque se volvió a tasar de vuelta la unidad”, señaló.
Asimismo, indicó que los departamentos usados “están más baratos”. “Un dos ambientes valía 80 o 70 y hoy está 60”, graficó.
En relación a esto Area remarcó que en el 2020 “hubo mucha mayor puja entre los compradores y vendedores a la hora de cerrar el valor” de un inmueble.
Al nivel de 2001
En este contexto explicó que para su sector la crisis del 2020 fue “más profunda que la del 2001”. “El Colegio de Escribanos en el año 2001 no tenía la estadística. La empezó a llevar desde el año 2010. Entonces en números concretos no se puede hacer un comparativo, pero a nivel personal creo que esta crisis fue más profunda que la de 2001”, sostuvo.
En este sentido, Area consideró: “En 2001 se notaba que había esperanzas de recuperación en forma inmediata y fue lo que pasó a partir de 2002, una vez que se devaluó. Más allá de eso, por ahí se frenaron las compraventas, pero había otro tipo de actividades donde el escribano tenía incumbencias que seguían funcionando normalmente y no hacían que caiga la actividad en las escribanías”.
“Esto fue un freno en toda la actividad notarial y en todas las escribanías sintieron el cimbronazo, por lo cual considero que esta fue más profunda y larga en el tiempo y creo se va a prolongar ”, aseguró.
En cuanto al número de escrituras, dijo que “sin dudas es el más bajo de los últimos 10 años, ya que desde 2001 no hubo este nivel de escritura, es un número bajísimo”, concluyó.
Por su parte, Donsini argumentó que “esta crisis es diferente a la del 2001”. “En el 2001 no había plata, la plata había quedado cautiva, fue un año muy duro porque no había dinero. En 2020 la gente quedó con dinero. Aquel que estaba en la evolución, tanto el inversor como el comprador genuino tenían el dinero, pero ese dinero quedó dentro de las cajas”, reflexionó.